Comunicación de los masones en prensa.

Juan | 5 agosto, 2016

Masonería y prensa.

Recientemente en una revista de prestigio de la Comunidad Valenciana llamada Valencia Plaza y de la que podéis ver un resumen digital aquí ha publicado un reportaje sobre la masonería en nuestra región. Para elaborar dicho reportaje los reporteros han contactado con algunos representantes de algunas de las logias mas relevantes y con la información recibida han hecho un trabajo, que, vistas las anteriores experiencias está bastante bien.

Si embargo, me sirve la lectura de dicho reportaje para poner de manifiesto una casusística repetida en el tiempo y que parece que se repite una y otra vez: cuando los masones hablan con la prensa, se limitan a repetir una y otra vez exactamente las mismas frases hechas y las mismas anécdotas con la gravedad, estas ultimas, que fuera del contexto masónico no se entienden.

Vamos a entresacar algunas de estas frases manidas e historietas repetidas:

“El que esta destinado a ser masón acaba llamando a la puerta”. La fase, totalmente vacía, presupone la creencia masónica en un destino sobrenatural inevitable e ineludible que guía la vida humana. Por supuesto esa creencia es particular y no masónica.

“A nosotros nos gustaría que, como en los demás países, se incluyera como dato en el curriculum cuando va a buscar trabajo”. Ocurre muy escasamente en algún país, pero no es nada cierto que sea habitual en los países de nuestro entorno que los masones lo indiquen en el curriculum. El origen de este chascarrillo, proviene de una solicitud de empleo en una empresa barcelonesa cuyo solicitante, de origen noruego, en su rúbrica hizo cierta marca que para los ojos de un masón experimentado no dejaba lugar a dudas de la filiación masónica del postulante, de boca a oído, esta anécdota se magnificó hasta convertirse en la frase indicada al principio del párrafo.

“Augusto Pinochet y Salvador Allende formaron parte de la misma logia”. Nos encontramos con otros de los clásicos chascarrillos destinados a la romántica idea que en una logia coexisten incluso enemigos, lo cierto es que Augusto Pinochet ingresó en la Logia Victoria de mayo de 1942 hasta que le dieron de baja por no asistir en octubre del mismo año y Salvador Allende ingresó en la logia Progreso en noviembre de 1935 y en 1940 se trasladó a la logia Hiram donde fue miembro hasta su asesinato, por lo que no coincidieron nunca en la misma logia.

“la masonería es una corriente espiritual del cristianismo”. Por favor, dejadme ir a tomar un anti-ácido y vuelvo, no voy ha hacer ningún comentario sobre esto.

Como premio gordo a la chorrada del siglo en este articulo, relacionado sobre la conveniencia que la familia directa sepa que sus próximos son masones podemos leer: “una vez al mes, todo de negro y bien arreglado, salia de casa y regresaba pasada la una de la mañana y no le había dicho nada a su mujer Lógico que sospechara. Al final, varios de sus hermanos tuvieron que hablar con ella para que vieran que la explicación que le había dado no era del tipo -el perro se ha comido los deberes-” . Personalmente me parece del género kafkiano que nadie tenga que hablar con la pareja de alguien para explicar nada que no tenga que ser resuelto entre ellos. Reconozco que han habido parejas con planteamientos del tipo “la masonería o yo” que en unos casos ha sido “la masonería” y en otros “yo” y en otros ni una ni otra cosa.

Como podemos observar, de un solo articulo y de las declaraciones de algunos de los representantes masónicos podemos encontrar falacias y errores que, se repiten una y otra vez.

¿Cual es la razón?, posiblemente que una sociedad como la masónica es muy difícil comprendela desde fuera y es necesario recurrir a ejemplos, ademas, en un dialogo destinado a un articulo periodístico carga una responsabilidad inmensa de representación al entrevistado que opta por el camino sencillo: repetir lo que se ha dicho antes. La masonería es una institución muy viva, muta y no hemos sabido cambiar el mensaje, o al menos modernizarlo.

Esta forma de expresarse en la sociedad es totalmente contraproducente e impide la normalización de la orden masónica.

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