Ufff... aquí me declaro confuso y confundido.
Es complejo; el personaje de Jorge Burgos es un trasunto de Jorge Luis Borges, desde la profunda admiración del autor hacia el literato argentino. Las ideas de Jorge y su carácter ¿son una ridiculización hacia las ideas reaccionarias? Yo creía que sí
Y traigo un texto que escribió hace más de 25 años Žižek al respecto:
Slavoj Žižek (1992). El sublime objeto de la ideología escribió:
Lo que perturba en El nombre de la rosa, sin embargo, es la creencia subyacente en la fuerza liberadora y antitotalitaria de la risa, de la distancia irónica. Nuestra tesis aquí es casi exactamente lo opuesto a esta premisa subyacente en la novela de Eco: en las sociedades contemporáneas, democráticas o totalitarias, esa distancia cínica, la risa, la ironía, son, por así decirlo, parte del juego. La ideología imperante no pretende ser tomada seriamente o literalmente. Tal vez el mayor peligro para el totalitarismo sea la persona que toma su ideología literalmente —incluso en la novela de Eco, el pobre Jorge, la encarnación de la creencia dogmática que no ríe, es ante todo una figura trágica: anticuado, una especie de muerto en vida, un remanente del pasado, y con seguridad no una persona que represente los poderes políticos y sociales existentes.
Supongo que la lectura puede ser la directa o, precisamente, la antítesis, que Eco pretenda con el personaje de Burgos mostrar lo absurdo de la creencia dogmática y ciega (literal y figuradamente).
La obra es interesante en sí misma, y los personajes son arquetípicos en algún caso y homenajes en otros... Guillermo es Sherlock Holes, y Adso es Watson (sin duda)... y Malaquías es el bibliotecario que es la quinta víctima
Salu2