Si a alguien no le gusta la frase indicando que las religiones orientales son más iniciáticas que las occidentales, borro el "más", esto no es una competición. Puse el más porque considero que enseñan técnicas para investigar la propia mente mucho mejores que las que enseñan las tradiciones judeocristianas, pero para gustos colores.
Gonzalo escribió:
Querida Pepi, pienso debería ser así: "...hay varias religiones "más" iniciáticas que el judaísmo." Se podría decir que lo "iniciático" tiene dos vertientes: oriente y occidente. La masonería encuentra mayores fundamentos en lo occidental, por tradición, por historia y por simbolismo. Esta corriente es más racional e individualista, busca comprender y desarrollar el sentido de lo moral desde el individuo hacia la sociedad; al contrario de las tradiciones orientales que pretenden una "disolución" del individuo. Por eso cuando la masonería se fundamenta en el dogma se vuelve estéril, se desvirtúa y corre el riesgo de adoptar filosofías que están completamente fuera de su cauce, que es la formación de individuos cuya moral y virtud radiquen en sí mismos, no en la religión ni en la sociedad.
No puede generalizarse y no es correcto decir que las tradiciones orientales pretenden una "disolución" del individuo. En absoluto. Ofrecen técnicas de introspección, de observación de la propia mente. Y lo que ocurre conociendo la mente en profundidad no disuelve el individuo (que sigue existiendo con su defectos y virtudes), sino que amplia el campo de "visión" incluyendo no solo al individuo, sino a todo lo que existe. No se disuelve nada. Cambia la perspectiva que deja de ser individual y pasa a ser global, pero el individuo, sigue estando ahí. Obviamente "pesa" bastante menos

El individuo solo desaparecerá cuando el médico redacte su certificado de defunción
Lo de soplar la vela que dice Kefás es un excelente ejercicio para mejorar la capacidad pulmonar, no nos quedemos con la anécdota elevándola a demostración de nada.
El zen tiene muchas historias parecidas a la del gato en la jaula, para indicar que lo importante es la observación interna, no el decorado.
El hábito no hace al monje, ni el cucharón al cocinero. Te pueden bautizar e iniciar mil veces, pueden enseñarte una técnica, pero el ponerla en práctica día tras día solo puede hacerlo cada persona. La iniciación real es interna, nadie puede darla a nadie. Solo sucede observando nuestra propia mente, día tras día, conociéndonos hasta el fondo, no hay otra receta.